sábado, 16 de febrero de 2008

Estoy en el rincón de una cantina,
Oyendo una canción que yo pedí,
Me están sirviendo ahorita mi tequila
Ya va mi pensamiento junto a ti.

I
Escribo nomás para recordar. Enredar la historia para encontrar los senderos de mi cauce…
II
A veces me dan ganas de arrancarme con los dientes el arete del labio. Negarme y desconocer. Ocultarme de una mirada constante. Entrar a un estado nulo. Trastornar tu existencia. Pero mis oídos no dejan de alimentarse de la música del mundo. El Estar allí me hipnotiza y luego soy.
Me siento como una foca cuyo costado ha sido arrancado por un depredador polar. En medio del hielo que entume la herida profunda, se exhibe mi carne tal cual incisión volcánica indicando las eras de la tierra. Expuesta mi sangre y entrañas me siento vulnerable ante todo. Con la mirada perdida, navegando lentamente encima de un iceberg, no lloro, no me quejo, solo estoy allí, aceptando la derrota de la vida.
III
Nunca me ha abandonado el espectador. Siempre atrás, adelante, a un costado, observando, añorando estar. Viendo una película, escribiendo, escuchando una canción, leyendo mis pensamientos, lamiendo mis sentimientos.
La primera vez que lo vi estaba en la ventana del baño. Sólo se le veía el rostro amarillento dejando entrever los árboles del pantano. No tenía ojos ni nariz ni boca. Pero ya en la segunda ocasión le pude ver las líneas de las pestañas. Lo cachaba cuando hablaba sola, cuando me masturbaba en las noches acariciando mi cuerpo con las sábanas en la hamaca.
Por él dejé de chuparme el dedo, aunque eso me excitaba demasiado. Observarlo observarme ocasionaba que en mi cabeza se produjeran muchos sueños extraños, historias futuristas de mi vida. Me imaginaba siendo una vocalista de un grupo de rock con una vida sexual muy desinhibida; una escritora loca con muchos amantes intelectuales… ser siempre el centro, el secreto, la oscuridad que añora el sueño. Todo lo que él quería que yo fuera.
Siempre pensé en él antes que en mí, antes que todos. Esto le ha dado mucho poder. Tanto así que ahora el espectador es y está en la persona que está conmigo, acompañándome por un pequeño lapso emocional y transitorio. De esta manera, si fulano es mi novio, este fulano es en ese momento el espectador. Cambia el fulano, sigue el espectador.
Mi fracaso se bebe a esto que escribo. Nunca he podido hacer ni deshacer nada. Desconozco mi vida y ella me detesta… sólo he podido ser algo importante para él, porque soy la única protagonista de su historia y yo carezco de esta…y los que observan siempre llevan las de ganar. Pueden estar allí, estáticos, en un ángulo oscuro de una habitación; limpiándose los anteojos, rascándose la nariz con un dedo, gozando, sufriendo, sintiendo todas las sensaciones producidas o no por el actante observado.
Por lo tanto, mi vida ha transcurrido sin pesares, sin alegrías, sin esperanzas. Mi alma se encuentra enroscada en el fondo de un cuarto arltiano…
IV
Ha pasado la lluvia y el cuarto me hace sudar. También sudo cuando voy manejando en el periférico de la ciudad y veo cada cientos de metros a un grupo de personas que no pueden cruzar al otro lado de la calle. Muchos perros yacen podridos por los senderos laterales. Decapitados, aplastados, despedazados, hechos polvo y gusanos.
V
El rojo tiñe al marfil. La aguja inyecta las 4 madrugadas. Y pienso en ti... En tu sombra eclipsando mi cuerpo. Y te sigo esperando. Más sola que Venus en una noche de oscurecimiento.